27 sept 2009

La Armada tiene que llegar a 25 mil efectivos

Entrevista al comandante en jefe de la Armada, almirante Edmundo González Robles.

-¿Cuáles será el sello personal que buscará imprimirle a la Armada durante su gestión”

“Siempre he dicho que cuando uno asume grandes instituciones, dentro de las cuales está la Marina, uno no se puede poner muchos objetivos, porque de lo contrario uno se pone muy ambicioso y se frustra al término de su gestión.

Yo tengo una gestión de aquí a cuatro años. Mi gestión, a no mediar inconvenientes, debiera finalizar en junio de 2013. Vale decir, mi tiempo no es mucho. Para pensar tengo este año. Para ejecutar tengo el 2010 y 2011. Para ver como quedó lo ejecutado el 2012. Y para preparar mí despedida el 2013. Yo no tengo mucho plazo, entonces voy a actuar con mucha energía y con mucho entusiasmo. He colocado cinco ejes centrales en mi gestión.

Primero que nada, preocuparme de la gente nuestra. Vale decir, no sólo el personal en servicio, sino también el personal que está en condición de retiro. Quiero tratar de satisfacer las expectativas naturales y lógicas que tiene la gente, que son cosas de repente de fácil solución, pero que nosotros no lo hacemos porque a lo mejor no hemos hecho el estudio o el esfuerzo de hacerlo, y hay cosas que son muy simples para satisfacer las expectativas.

Fundamentalmente, son temas relacionados con ámbitos generales dentro de las expectativas del personal: salud, vivienda, educación y bienestar. Hay cosas que pueden hacerse de forma muy fácil como para ir allanando el camino, porque usted sabe que las instituciones de la Defensa Nacional no se caracterizan por tener altos sueldos, sin embargo tienen cosas que las hacen más atrayentes. Son pequeños detalles que si uno los va trabajando de forma inteligente uno puede ir haciendo de esta carrera, una carrera más atractiva, motivante y vinculadora.

El segundo eje, que a mí me preocupa mucho, es que quiero demostrar ante los chilenos que la Armada es una institución moderna, tecnológica, científica e innovadora. Porque a veces a los marinos se nos tiende a asociar mucho con la historia, lo que está bien, porque nosotros somos orgullosos de nuestro pasado, porque es un pasado glorioso. Pero tampoco nos podemos quedar anclados en el pasado.

La gente a veces no comprende ni sabe dimensionar todo lo tecnológica, todo lo innovadora, todo lo científica que es nuestra institución. No hay que olvidar que la Armada ha sido pionera en electrónica en Chile. Podemos decir que la electrónica, fundamentalmente la de radares y la de control de fuego de sistemas de armamentos, llega con nuestros antiguos cruceros Prat y O’Higgins a Chile. Los primeros ingenieros electrónicos en forma masiva, tanto como técnicos, fueron provistos por la Armada. No hay que olvidar que las primeras comunicaciones inalámbricas se hicieron de un buque de la Armada a tierra. No hay que olvidar que nosotros hemos sido innovadores en temas de construcción naval, de ingeniería de sistemas, etc.

Entonces, la Marina es una institución que es muy científica, tecnológica e innovadora, pero que normalmente se la asocia a tradición. Eso hay que cambiarlo un poco y en eso mi gestión va a hacer un fuerte giro y esfuerzo para que la gente normal, el chileno común y medio, nos entienda desde esa historia.

Lo tercero, muy relacionado con lo anterior, pero en otro ámbito, es que nosotros hacemos un montón de tareas que están relacionadas con responsabilidad social de esta empresa que se llama Armada y que son poco conocidas por los chilenos. Por ejemplo, nuestro accionar en catástrofes naturales como la que tuvimos en Aysén hace poco tiempo atrás, la que tuvimos en Chaitén y la que tuvimos hace años atrás en Antofagasta con ese aluvión de barro, donde la participación de la Marina fue fundamental junto a otras instituciones para salvar vidas, y para el apoyo y la mitigación del desastre.

Hay cosas que la Marina hace, que normalmente no se muestran mucho y que es bueno que la gente las conozca. Por ejemplo, gracias al buque médico-dental Cirujano Videla que tenemos en el área de Chiloé, junto con el Servicio Nacional de Salud, le brindamos atención médica y dental a un montón de chilenos que viven en condiciones de aislamiento. Hay muchos otros operativos médicos-dentales en otras partes del país que tampoco se conocen, y otros operativos cívicos de apoyo a escuelas que pintamos y ayudamos.

Entonces, hay mucha labor de responsabilidad social, aparte de nuestro rol principal en la seguridad y defensa del país, que no es conocida y es bueno que la gente normal de Chile la conozca.

Lo cuarto, y que va a ser un fuerte eje de mi gestión es la integración a lo conjunto, me refiero trabajar unidos, codo a codo, lo más integrados posible con el Ejército y la Fuerza Aérea de Chile. Creo que nosotros tenemos una responsabilidad, porque los conflictos o las crisis que se generan hoy, que amenazan a los países, no se ganan con instituciones separadas, se ganan con el trabajo conjunto, un trabajo bien entrenado. Obviamente, estamos apoyando todas las líneas del Ejecutivo en cuanto a la modernización, por ejemplo, del Ministerio de Defensa; la figura del nuevo jefe del estado mayor conjunto; la creación de cierta educación e instrucción de nuestro personal y oficiales de manera conjunta. Nosotros creemos en lo conjunto, que es lo que le va a traer paz y tranquilidad a este país. En eso estamos trabajando con las instituciones hermanas y con el Ministerio de Defensa, de suerte que esto no sea un eslogan sino que sea una realidad concreta.

Y por último, considerando que nunca un país que se aísla es un país que surge, a la Marina de Chile le gusta mucho proyectarse internacionalmente, en muchas labores, tales como ejercicios internacionales, que nosotros denominamos técnicamente lo ‘combinado’. Tal como lo ‘conjunto’ se refiere al trabajo con las instituciones propias del país como Ejército y Fuerza Aérea, lo ‘combinado’ significa trabajar con marinas y fuerzas armadas de otros países amigos.

En eso la Marina chilena ha dado muestras de avanzar mucho en ejercicios de alta complejidad como el ejercicio Rimpac, que se hace cada dos años en el Pacífico, donde por decirlo de alguna forma simple está la primera división de las marinas del mundo. Nosotros estamos en esa primera división en el Pacífico. Tenemos la suerte de ser una marina pequeña, pero que juega junto en el mar con marinas de gran nivel, entre ellas Estados Unidos, Australia y Canadá.

Tenemos ejercicios regionales que son sumamente importantes, como el que se está llevando justamente a cabo ahora en Panamá, que es el ejercicio Panamax, y que es un ejercicio muy aterrizado, enfocado principalmente a una crisis local que se produzca en el Canal de Panamá por una catástrofe natural o una catástrofe provocada por el hombre, como un acto terrorista o similar.

Dentro de los ejercicios internacionales, nosotros tenemos también operaciones internacionales, como las operaciones de paz. Las operaciones de paz han adquirido cada vez más importancia, yo parto mañana (martes) rumbo a Haití a saludar a nuestra gente, los 185 hombres y mujeres que tenemos destinados ahí.

Creo que es importante que sigamos participando en estas operaciones. Con Argentina hemos dado señales de un trabajo combinado muy importante y hemos organizado la famosa agrupación Cruz del Sur, de manera que podamos disponer de fuerzas de ambos países para futuros requerimientos que tengan las Naciones Unidas.

Con estos cinco ejes tengo para rato”.

-¿En condiciones encuentra la Armada para enfrentar las enormes responsabilidades marítimas que tiene y las amenazas provenientes del exterior?

“Yo tuve la suerte de recibir una Armada en excelente estado. Creo que mis antecesores han hecho una extraordinaria labor. Recibo una marina que ya está dotada de un poder naval significante, diría que uno de los poderes navales más importantes que hemos tenido en los últimos 110 ó 120 años. Recibo una institución muy ordenada, equipada y entrenada. Me siento muy satisfecho y orgulloso, porque yo también como almirante en estos últimos años también he sido parte de este logro.

Pero obviamente cada almirante dentro de su gestión le da su propia impronta, un estilo. Imagínese que esto es como un acorazado que tiene una velocidad y rumbo determinado, lo que hace cada Comandante en Jefe en la Armada es darle su propio estilo. Aquí no se trata de cambiar el rumbo en 180 grados ni variar la velocidad en muchos nudos, aquí lo que hay que hacer es variar el rumbo para ‘amurar’ mejor el buque a la mar (acomodarlo en una mejor posición) y adecuarlo mejor al rumbo que uno quiere darle. Son pequeños estilos o cambios, centros de gravedad como los ejes centrales que describí.

Pero vuelvo a reiterar que encontré una institución en muy buen pie y solamente son pequeñas correcciones para llegar a la perfección del estilo que yo quiero marcar en la institución en los próximos años”.

-¿Cuáles son los grandes proyectos materiales que se concretarán en su período? Por ejemplo, está pendiente la renovación de parte de la Aviación Naval y la construcción de embarcaciones en astilleros nacionales parece ir muy bien encaminada.

“Antes que esos dos grandes proyectos, creo que hay uno más importante y que a veces no se ve mucho, que no vende mucho. En mi período de cuatro años, yo tengo que completar el equipamiento del material y personal que he recibido de mis antecesores.

Tengo una muy buena flota en el molo, que son ocho unidades magnificas, pero ahora tengo que obtener de ellas el más alto estándar operacional.

Recibo una Infantería de Marina que está muy bien dotada, pero ahora debo continuar mejorando su material y entrenamiento para enfrentar distintos escenarios.

Yo más que adquirir nuevas cosas, tengo que equipar y adiestrar, esa va a ser mi tarea.

Es un tarea que a lo mejor no luce mucho, porque yo no voy a comprar muchos buques ni muchos aviones, pero me voy a dedicar a sacarle máximo rendimiento a lo que tengo, que es extraordinariamente bueno, y equiparlo ‘full’. Esa va a ser mi misión, que no es fácil y es onerosa.

También me he propuesto un plan de construcción naval que no es muy ambicioso, pero sí importante. El próximo buque que vamos a construir por decisión del gobierno es el OPV número tres, que sería el tercer patrullero marítimo oceánico. Esto podría ser a lo mejor desde marzo del próximo año, cuando se haya lanzado al agua el Cabo de Hornos, que es el buque científico y cuya madrina es la Presidenta de la República y que pensamos lanzar en febrero. El OPV número tres está con prioridad altísima dentro de la construcción naval”.

-Se habla de la construcción un buque de proyección estratégica de 9.000 toneladas, eso sí suena bastante ambicioso. ¿Cuándo podría ver la luz?

“Mucho me gustaría como Comandante en Jefe que el buque siguiente que hiciéramos fuera un buque de proyección estratégica-apoyo de catástrofes. Estamos hablando del buque más grande que construirían los astilleros de Asmar de Talcahuano, con 9.000 toneladas, 155 metros de eslora y con capacidad, aparte de la dotación misma del buque, de llevar a 500 infantes de marina, tres helicópteros pesados –para 20 personas cada uno-- y lanchas de desembarco –para 50 personas--.

Estamos hablando de un buque que si bien en guerra, en conflicto o en crisis puede cumplir un rol preponderante proyectando a la Infantería de Marina sobre tierra en forma dinámica y rápida, también puede tener un rol en caso de catástrofes naturales o causadas por el hombre.

Si lo hubiéramos tenido en servicio, por ejemplo en Aysén o Chaitén, desalojamos todo el pueblo en un solo viaje, en lugar de haber tenido toda esa cadena infinita de barcazas y pesqueros que son difíciles de controlar y muy factibles a presentar problemas si navegan con mal tiempo. Si uno tiene que subir gente por una emergencia, en este buque se pueden albergar hasta 2.000 personas y alimentarla por 24 horas hasta llegar el puerto de destino”.

-¿Cuándo vería la luz este proyecto, porque en estos casos hay que desarrollar o comprar el diseño, además hoy no están esos helicópteros pesados?

“Lo de los helicópteros es más fácil, porque es muy probable que los compremos a través de la Dirección General de Territorio Marítimo, porque son helicópteros pesados de largo alcance que sirven para rescate oceánico y transporte de personas.

Sobre el buque es un proyecto que existe, pero ya hay modelos desarrollados, países como Italia, Singapur y Tailandia tienen este tipo de buques. Este es el desafío más grande.

Luego de esto, vendría el OPV número cuatro y en forma paralela haríamos cuatro barcazas pequeñas para reemplazar la Elicura y la Orompello que están en Punta Arenas. Serían cuatro barcazas de no más de 1.000 toneladas que serían capaces de transportar vehículos y ganado y hacer todas las tareas que cumplimos en el área de Magallanes, Aysén y Puerto Montt.

Yo pretendo construir dos OPV, un buque de proyección estratégica-apoyo de catástrofes y cuatro barcazas medianas”.

PAPEL REGIONAL

-¿En qué nivel comparativo situaría la Armada de Chile en Sudamérica dado los proyectos actuales y los que anuncia que vienen?

“Esa es siempre una pregunta compleja. Si usted me pregunta en cantidad, somos seguramente los segundos después de Brasil. Ahora si me preguntan en calidad, lejos somos los mejores. Podemos compararnos con marinas medianas modernas como la australiana y la canadiense sin ningún tipo de complejo”.

-¿Está en sus planes seguir fomentado los contactos y ejercicios con otras armadas de la región, pese a ciertas polémicas que se viven hoy en materia de seguridad regional?“Indudablemente que sí, con Argentina mantenemos ejercicios interesantísimos. Tenemos el ejercicio Panamax --en que estamos en este momento--, Unitas y hacemos el Team Work South con buques de Estados Unidos, Inglaterra y Francia, etc. Todos los ejercicios los estamos manteniendo.

Ahora la pregunta podría tener una segunda lectura sobre qué pasa con los ejercicios con Perú. Nosotros mantenemos con ellos una serie de relacionamientos bilaterales, en este momento, de hecho (lunes 21) hay dos almirantes que están en distintos intercambios en ese país: el Director General de Territorio Marítimo que está en una bilateral marítima y nuestro Director de Inteligencia que está en una bilateral de inteligencia.

Con Perú tenemos una serie de relacionamientos, pero indudablemente este diferendo que ellos han planteado de límite marítimo ha enfriado las relaciones. Eso es un hecho”.

-Siguiendo con Perú, es factible que bajo su gestión se conozca el fallo de La Haya sobre el diferendo marítimo. ¿Cómo se prepara la Armada para este escenario, puesto que afectaría a una zona marítima del país?“Indudablemente, este desafío que nos ha planteado Perú a través de este diferendo en La Haya es de orden marítimo. Yo no quiero decir que el conflicto que pudiésemos tener con Perú, ni Dios lo quiera, indudablemente que sería de origen marítimo.

Estamos ante una demanda limítrofe que tiene origen marítimo. Ahora sobre cómo estamos preparados, nosotros siempre estamos listos para cumplir nuestra misión.

Mi responsabilidad como Comandante en Jefe de la Armada es de equipar y entrenar a esta marina muy bien dotada y en eso estamos”.

-Por los ejercicios navales que se realizan hoy, pareciera que Brasil y Argentina se han vuelto los “socios naturales” de Chile, lo mismo que Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. ¿Eso responde a visiones compartidas sobre la seguridad marítima o la mayor interoperabilidad que existe con esos países, o ambas?

“Cuando vemos los vecinos de Chile, siempre hay que verlos en el caso de la marina, como los vecinos marítimos. Nuestros vecinos marítimos naturales, por decirlo así, no son sólo Perú y Argentina. Además, están Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Francia, que están en la Cuenca del Pacífico.

Tenemos un área de influencia en el Pacífico que es indudable y a Brasil y Argentina como actores regionales tenemos que considerarlos.

Todos tienen una prioridad: Perú, Ecuador –que ha sido un aliado estratégico nuestro permanente— y Colombia, que están en el área de influencia en el Pacífico, y Panamá”.

-Eso es cierto, pero ¿por qué se coopera efectivamente más con unos que con otros? Vuelvo a Brasil, Estados Unidos y Gran Bretaña.“A nosotros nos ha salido más fácil interoperar con ellos porque tenemos buques más modernos. Hoy día nuestros buques tienen especificación OTAN.

Si yo mando una fragata a interoperar a Team Work South, Team Work North o Panamax, no tiene ningún problema para interconectar con otros buques de la OTAN”.

-¿Es cierto que el próximo se año se reabre la agregaduría naval en Colombia?

“Vamos a reabrir nuestra agregaduría naval a partir del próximo año, porque se cerró hace tiempo atrás por razones presupuestarias y ahora hemos reenfocado nuestro presupuesto para que funcione de nuevo. Creemos que es importante”.

-¿Usted comparte las apreciaciones de altos oficiales y expertos extranjeros que avizoran un mayor rol de Chile en la seguridad regional?

“Yo la comparto, pero no hay que perder las proporciones del tema. Chile tiene una estatura geopolítica que no nos puede hacer perder el razonamiento.

Al ser Chile un país de estatura geopolítica pequeña tampoco nosotros podemos pretender que vamos a ser un país gravitante en lo regional. De hecho, yo diría que para lo pequeño que somos ya gravitamos mucho. Pedirnos más sería difícil.

Piense usted que la Armada de Chile fue la que creó, impulsó y organizó el ejercicio Panamax, que ya diríamos que está un poquito fuera de nuestra área de influencia. Ese ejercicio que se está desarrollando hoy ha permitido alinear a las marinas americanas y sudamericanas en el control de una catástrofe en el Canal de Panamá.

Somos un país muy pequeño en estatura geopolítica como para poder influenciar mayormente, no somos un país potencia que nos permitamos dar el lujo de decir que somos el referente en el Pacífico Sur.

Chile lo está haciendo bien. Estamos haciendo un buen papel a nivel económico, un buen papel a nivel de relacionarnos con nuestros vecinos y buen papel en el sentido de tener las fuerzas armadas adecuadas al desarrollo y crecimiento del país. Ahora de ahí a pretender que vamos a ser una futura potencia emergente de las Américas, es un tema que me lo reservo con más prudencia”.

FINANCIAMIENTO Y MANDO CONJUNTO

- Sobre el proyecto para reemplazar de la Ley Reservada del Cobre por un nuevo sistema de financiamiento, ¿estima que quedó bien estipulada la plurianualidad de los presupuestos de Defensa y si no es así qué impacto tendría esto?

“Lo primero que hay que señalar, es que esto se viene trabajando hace mucho tiempo. Las fuerzas armadas han sido consultadas por el Gobierno sobre el cambio de esta ley, así que no podemos decir que han sido sorprendidas.

Lo segundo que queremos decir como Marina, es que entendemos las razones del gobierno para hacer el cambio de la Ley del Cobre a una ley de financiamiento de las fuerzas armadas. Que nos guste o no nos guste es otro tema.

Pero lo único que pedimos, dado este escenario que hemos sido consultados y que el Gobierno tiene argumentos claros y sólidos como para cambiar la Ley del Cobre, es que tenemos que asegurarnos que la ley que reemplace al financiamiento que daba la Ley del Cobre sea una ley que ojalá provea una misma seguridad, frecuencia y cantidad de recursos para el desarrollo de las fuerzas que proveía la ley anterior. Eso es fundamental, todo el resto es aderezo.

Si el nuevo proyecto de ley, que tengo en mi poder y he leído, no satisface eso que dije anteriormente, indudablemente nunca va a ser perfecto y siempre va a recibir, por parte nuestra, las contribuciones para una mejor aproximación de la ley. En eso estamos”.

-Usted ha hablado de la necesidad de un “piso” en la materia, donde si el país crece, aumenta el gasto en Defensa. ¿Puede explicar más esta idea?

“Creo que en una revisión exhaustiva del proyecto que ha llevado el Ejecutivo al Parlamento, en una primera instancia, nos afloran cinco cosas que son importantes.

En primer lugar, nos alegramos mucho que el gobierno haya hecho un esfuerzo, especialmente Hacienda que no está acostumbrada a trabajar con presupuestos plurianuales, para considerar esto último, es fundamental. En el largo plazo en 12 años, lo cual está muy bien, y en un mediano en cuatro años.

Eso, además, se ajusta con el sistema de planificación estratégica que tiene la Armada, donde el largo plazo es de 12 años y el mediano de cuatro, calza perfecto. La plurianualidad la aplaudimos, obviamente nos han escuchado.

Entonces, el concepto de la plurianualidad está puesto en la ley, ahora el problema es como se materializa. Porque usted para operativizar la plurianualidad tiene que dividirla. Supongamos que sea una plurianualidad de cuatro años, hay que dividirla en cuartos. Pero si esos cuartos de plurianualidad usted los va a operativizar en su presupuesto anual y los va a mezclar en su presupuesto corriente que tiene su institución, el problema se pone complejo.

Porque esos cuartos son para desarrollo de capacidades, no para operación, ya que el presupuesto corriente es para operar y mantener. Si ese desarrollo de capacidades usted al operativizarlo y colocarlo dentro del presupuesto anual, lo rige bajo las mismas normas con que Hacienda o el Presupuesto de la República regula los recursos anuales, vale decir que lo puede someter control de gastos, saldo inicial de caja congelado y un montón de otras condiciones que se hacen con el presupuesto normal, el sistema se complica.

Porque usted no puede comprar un sistema de armas o una fragata a 15 años plazo con un consorcio serio en el exterior, si usted le va a decir ‘sabe que la cuota del 2010 no se la voy a poder pagar por estamos con problemas de déficit estructural y la verdad es que Hacienda no gasta este año’. Es complejo. Eso hay que verlo muy bien, al igual como los saldos insolutos de un año tienen que pasar a otro. Eso es algo que no está definido hoy y hay que afinarlo.

Segundo, se habló de un fondo de contingencia, eso nos parece bien. Ese fondo debiese llevarse los recursos que han sido apozados en la Ley del Cobre, actualmente, el cuarto fondo. Nos parece muy bien que se haya considerado este fondo de contingencia porque ante cualquier crisis o conflicto los gastos que hay que hacer en la Defensa ante estas contingencias son considerables. Hay que regular bien cómo va a ser su reglamento de asignación, pero está considerado.

Tercero, no está considerado, y esa es una observación que vamos a hacer, el tema de un piso. Antiguamente, la Ley del Cobre tenía un piso por institución de aproximadamente 100 millones de dólares. Algo similar vamos a tener que tener, el nuevo proyecto de ley no lo señala. Podría ser un millón de dólares, podría ser cero. Es complejo porque tenemos que tener una base para hacer y desarrollar proyectos.

Cuarto, no señala que ese piso debiera ser indexado y ahí estimamos que el reajuste según el PIB debiera ser lo más aceptado. País que crece, invierte en Defensa. País que no crece, mantiene su piso para mantener su seguridad a nivel nacional. Ese el concepto, si un país se desarrolla y crece al 5% indudablemente va a requerir más Defensa.

Otro tema importante es la eliminación del Consejo Superior de la Defensa Nacional (Consudena). Está bien, yo entiendo las razones porque el Ejecutivo en su proyecto lo elimina como administrador de fondos, porque era el que administraba la Ley del Cobre.

Pero yo haría una salvedad, trataría de no eliminar totalmente el Consudena, porque como figura de reunión y de asesoría política estratégica al Ministro de Defensa es muy buena. Este reúne a los cuatro campos de acción que tiene el país, entiéndase Economía, Interior, Relaciones Exteriores y Defensa. Junta a estos, a todos los comandantes en jefe, a los jefes de estado mayor y al jefe del estado mayor conjunto incluso y a los subsecretarios y los pone bajo la presidencia del Ministro de Defensa. Cuando uno tiene un problema, está instancia que es buena y que está amparada por ley, no como administradora de recursos, porque eso se tiene que terminar un día”.

-Respecto al tema del Jefe del Estado Mayor Conjunto, ¿cuál es postura, puesto que han surgido muchos reparos sobre los cambios en la propuesta en su paso desde la Cámara de Diputados al Senado?

“Soy un convencido de que lo conjunto es esencial. Segundo, soy un convencido que lo que el Ejecutivo ha estado haciendo estos últimos años por modernizar el Ministerio de Defensa Nacional, reorganizar las subsecretarías, modernizar el Estado Mayor Conjunto, etc., es más que necesario.

Después de todas las discusiones que hemos pasado y en las que hemos colaborado con nuestra opinión, yo creo, y esta es una opinión personal, que por donde va el proyecto caminando hoy día es lo correcto.

Vale decir, elegir al jefe del Estado Mayor Conjunto dentro del universo de los generales de división, contraalmirantes o generales de aviación, es un buen espectro. Tenemos una base de selección de 17 oficiales generales, que es bastante bueno para elegir al hombre que va a ser responsable de la conducción estratégica de nuestras fuerzas armadas, no es un tema menor.

Es el hombre que en guerra o en crisis va a conducir todas las fuerzas, porque nosotros los comandantes en jefe ascendemos a lo que se llama la junta de comandantes en jefe para que junto con el ministro de Defensa asesoremos a la Presidenta en materia estratégica. Pero éste es el hombre que las conduce en terreno, en la práctica.

La base de selección se mejora. Antiguamente, la base de selección era muy pequeña, cuando usted lo elegía dentro de los propios comandantes en jefe. Una vez que ese hombre sea elegido por la Presidenta entre uno de los 17 se le va ascender a cuatro estrellas, o sea a general de ejército, a general del aire o almirante y, protocolarmente, va a ser el número cuatro dentro los comandantes en jefe. Va a seguir perteneciendo a su institución siendo el número dos, pero no va a relevar al comandante en jefe cuando tenga que salir del país, porque eso lo va a hacer el segundo hombre que viene dentro de la institución. El pertenece al escalafón de su institución de origen, pero no es parte integral de su institución.

Y la última connotación que se le da está dando en este momento al proyecto, es que éste cuatro estrellas o jefe de estado mayor conjunto elegido no tenga posibilidad de ser comandante en jefe y dure en su gestión un período de cuatro años, lo que me parece adecuado.

A mí me parecen bien estas últimas indicaciones, porque creo que el puesto es de tanta importancia que el hombre no tiene que estar desconcentrado pensando que tendría la posibilidad de ser el comandante en jefe, sino que se dedique a entrenar y equipar su puesto y su estado mayor para cumplir con la conducción operativa y estratégica de las fuerzas armadas cuando lo requieran.

Creo que el proyecto va bien, se discutió mucho, pero más que decir quien ganó o perdió, si el Senado o la Cámara de Diputados, yo creo que ganó el país. Estamos llegando a un proyecto de ley, que va a ser un muy buen proyecto de ley, que ojalá sea muy rápidamente aprobado porque el país y las fuerzas armadas lo necesitan”.

-¿Cuál es su impresión sobre el nivel de interoperatividad entre las distintas ramas de las fuerzas armadas chilenas? Uno la ve en terreno en Haití, pero qué hay de aquí en el país.

“Es buena, pero podría ser mejor y en eso estamos trabajando en varios proyectos conjuntos para hacerla óptima. No solamente en comunicaciones, sino también en mando y control”.

- Sobre las operaciones de paz, ¿cuál ha sido el beneficio para la Armada de participar en estas misiones?

“Es bueno y la Marina tiene que ser capaz de adaptarse a este nuevo tipo de necesidades, porque el país dentro de sus compromisos internacionales tiene el deber de hacerlo y si el país tiene el deber de hacerlo, nosotros como instrumento de la política exterior tenemos ser capaces de materializar junto con el Ejército, la Fuerza Aérea y Carabineros de Chile este tipo de operaciones.

En Haití tenemos 185 mujeres y hombres y es una operación que va para largo, según las orientaciones que tenemos del Gobierno y de nuestra Presidenta. Es importante, porque si usted interrumpe (esto) todo el esfuerzo que se ha hecho anteriormente se pierde. Eso ya está demostrado.

Hay varias cosas que considerar sobre esto. Uno, estamos obedeciendo un mandato de Naciones Unidas, lo que es importante. Yo diría que Haití está dentro de nuestra región, y por lo tanto, nos tiene que preocupar. Y lo tercero, que estamos entrenando a nuestras fuerzas armadas en un área de misión que viene y que se aleja de las áreas tradicionales de misión de las fuerzas armadas”.

-Por parte de la Armada, pareciera que la Infantería de Marina se está llevando gran parte del peso de esas operaciones. ¿Existen planes para potenciarla más, ya que es un área de misión que se viene, como usted dijo?

“La Infantería de Marina es un instrumento del poder naval extremadamente flexible y materializa las operaciones de proyección.

Estas se dan cuando usted en un conflicto tiene que colocar un batallón o una brigada de Infantería de Marina sin aviso previo y en un lugar donde se lo pueda proyectar desde el mar. Eso muy importante, porque da una movilidad y flexibilidad tremendas, que es distinto que movilizar un batallón o una brigada por aviones, lo que es altamente vulnerable, o por tierra, lo que es altamente lento. En el área donde uno los va a mover por mar, uno tiene que tener el control del mar. Para eso hay que tener una buena escuadra.

Esta Infantería de Marina tiene que ser lo suficientemente moderna y eficaz para proyectarse a tierra, en caso que usted lo necesite con oposición, no estamos hablando de una operación de paz, estamos hablando de guerra o crisis.

Para eso los estamos entrenando y para eso necesitamos ese buque nuevo que reemplace a la barcaza Valdivia, que ya a completar 40 años de servicio y está un poco obsoleta. Necesitamos este buque para que lleve por lo menos 500 infantes de marina, más otro buque a futuro que tendríamos de igual capacidad con 500 más, de tal suerte que nosotros podamos proyectar una brigada de Infantería que tiene que ser móvil, altamente letal, furtiva y eficaz.

El equipamiento que se mostró (en la Parada Militar) tiene relación con esa primera misión de la Infantería de Marina, después vienen las misiones de paz y las operaciones de defensa de costa que no son menores sobre todo en los teatros extremos. Por último, los temas guarnicionales.

En resumen, me siento muy orgulloso de mis infantes de marina y creo, sin lugar a exagerar, que en lo que es la proyección de poder hacia tierra son lejos las mejores fuerzas especiales que tiene el país. En esto no estoy siendo exagerado, estoy siendo objetivo”.

-Sobre la fuerza binacional Cruz del Sur de Chile-Argentina, que estará operativa el 2010 y a disposición de la ONU, ¿es cierto que considera un componente naval como un buque?

“Está considerada una compañía, una fragata y un pequeño escuadrón aéreo, integrado a la fragata fundamentalmente”.

-Ante la realidad de que las fuerzas armadas argentinas han sufrido recortes presupuestales, es lógico pensar que Chile sería quien preste la fragata.

“Tengo plena confianza que Argentina, y específicamente su Armada, va a cumplir con sus requerimientos y exigencias, como lo han hecho en los ejercicios que tenemos con ellos.

Pero nosotros tenemos que tener la capacidad de tener otra compañía y otra fragata al servicio de estas operaciones de paz.

Usted me ha dado un muy buen motivo para aprovechar de decir que tenemos que crecer en dos áreas específicas de personal de la Armada.

La Armada hoy tiene aproximadamente 23.000 hombres y mujeres. Tenemos que llegar aproximadamente a 25.000, que era normalmente el número que manejaba la marina. Pero que por razones presupuestarias anteriores, se restringió el número de personal, cosa en que yo nunca estuve muy de acuerdo. Así que vamos a recuperar los números, vamos a oficiar, y ya lo estamos haciendo hace mucho tiempo, al Gobierno para aumentar personal en dos áreas, producto de nuevos requerimientos. Una, Infantería de Marina, fundamentalmente para operaciones de paz. Porque ya vamos en dos compañías, una que tenemos en Haití y una que vamos a tener en Cruz del Sur. Y resulta que las compañías de Infantería de Marina no son muchas, son cinco, y mínimo para las operaciones de proyección yo tengo que tener tres, idealmente cinco, entonces, me faltan dos compañías. La otra parte donde necesitamos mucha gente es para la fiscalización marítima, ahí necesitamos por lo menos 1.000 hombres y mujeres de uniforme más, porque actualmente estamos cumpliendo estas tareas con mucho personal a contrata, que si bien es muy profesional, es bueno que ese rol sea cumplido por gente nuestra, de uniforme.

Yo proyecto que necesitamos 1.000 hombres más en la Infantería de Marina fácilmente y 1.000 hombres más en la parte litoral, más una pequeña cantidad de 200 ó 300 enfermeros y enfermeras para la parte de salud donde estamos con algún déficit. O sea, estamos hablando de 2.500 personas más en la marina fácil para llegar a las 25.000”.

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