Mediodía. Un hombre que gravita significativamente en el sistema de decisión kirchnerista entra a "La Cátedra". La gente lo detecta, su rostro tiene largo protagonismo en los medios. Entre quienes lo detectan está el psiquiatra José Abadi. El hombre busca a "Río Negro". Lo descubre. Saluda, se sienta. Mira al periodista.
- ¡Nos odian!... ¡sí, nos odian!... ¡No sabe cómo nos miran! -confiesa y denota que se esfuerza por contener gestos.
- ¿Quiénes? - pregunta este diario.
- Los militares. Vengo del acto por San Martín, en Patricios. ¡Nos desprecian!... Especialmente los pibes más jóvenes, de capitanes para abajo. Nos miran con desprecio, ¡sí desprecio!
- ¿Pero a quiénes miran con desprecio?
- ¡A nosotros, al gobierno! Sonríen y son afables los generales, los almirantes, los brigadieres. ¡Pero por debajo!... ¡Por favor!
- Coincidencia -señala el periodista-, tengo nueve testimonios en la misma dirección, en algunos casos, el de dos senadores kirchneristas, con uso de la misma palabra: odio. Uno lo notó en la entrega de sables a los nuevos generales; el otro en una ceremonia de egreso de cadetes en el Colegio Militar...
Junto con José Luis de Imaz y José Miguens, Rosendo Fraga comparte el ser pioneros en el hacer sociología del poder militar.
Habla Fraga:
- Yo no sé si hay odio. Posiblemente sea una definición demasiado fuerte. Pero lo que hay en amplios bolsones de la oficialidad joven, en relación con el gobierno, es un silencio pesado.
Para Fraga, nada de esto se explica sin computar la pulsión con que Néstor Kirchner se relacionó con las fuerzas armadas no bien fue presidente: hacer de ese tema un instrumento para acumular poder.
- Kirchner y hoy su esposa Cristina Fernández no tienen interés en manejarse con los militares desde la perspectiva de las mudanzas que se han dado en las fuerzas armadas. No tienen interés, por ejemplo, en reflexionar sobre ese vínculo desde un dato importante: el 95% de los efectivos de las fuerzas armadas, desde el escalón de soldados voluntarios, suboficiales y oficiales, no era militar al momento de iniciarse la democracia. Es más, los máximos mandos de las fuerzas armadas de hoy eran tenientes con 26 años de promedio al momento del golpe del ´76 y los oficiales que egresan desde hace 12 años de las academias militares no habían nacido al momento de ese golpe...
Luego, Fraga reitera una constante en su sistema de análisis de esa realidad: "Todo ese componente militar está integrado por gente que accedió al uniforme con muchas percepciones a cuestas, tanto en lo que hace a lo costoso que fue el protagonismo militar en el ejercicio del poder político, como también en asumir que es posible otra instalación de los militares en la vida argentina".
En "Nucha", un capitán de navío destinado en el Estado Mayor de la Armada, señala: "¿Sabe lo que les perturba a los militares del kirchnerismo? Que no pierdan la oportunidad de meter de mil maneras el pasado de sangre que todos tenemos, pero del cual sólo nos responsabilizan a nosotros... Luego, hay otras cuestiones: no se sabe para qué estamos, para qué nos tienen".
Acto inmediato lee varias hojas impecablemente impresas. Asiente en silencio. Rompe el silencio.
Lo que habría que agregar a esto es la vergüenza que pasamos el año pasado cuando teníamos una fragata y una corbeta alistadas para realizar ejercicios con la Marina brasileña pero, como se demoraba la autorización del Parlamento, salimos a última hora... ¡Sabe cómo cayó en nuestra gente esa demora! Tras que no tenemos oportunidad de navegar asiduamente porque nunca hay plata, cuando lo podíamos hacer en relación de maniobras, estábamos en puerto... ¡Y usted sabe, en puerto todo barco y todo marinero se pudre!... ¡Esa demora fue una agresión a la Armada, así lo leyó toda la fuerza!... Algo gratuito.
- Como sacar a los Granaderos de Yapeyú porque iba Julio Cobos. Se agredió a un regimiento que está en nosotros desde la niñez. Granaderos fue la variable de ajuste del dime y direte entre el gobierno y Cobos -acota un teniente coronel retirado que se ha sumado al encuentro.
¿Qué dice el informe que leyó el marino?
Es flamante. Autor: El investigador Rodrigo Mallea, del Centro de Estudios Nueva Mayoría. Demuestra la baja participación que hubo a lo largo del 2008 de las FF. AA. de Argentina en materia de maniobras conjuntas con sus pares más inmediatos del continente: Brasil, Uruguay y Chile.
- Una forma de tejer vínculos y de sentirnos útiles al menos por tres días -agrega el marino mientras mira el enjambre de antenas que luce el bloque de cemento que da forma a la Embajada de EE. UU.
Una síntesis del documento destaca:
* La evolución de la participación argentina en ejercicios combinados en los últimos 10 años arroja una tendencia irregular, registrándose 23 ejercicios en el 2000 y apenas 4 en el 2003.
* El 2008 fue el año con menos cantidad de ejercicios militares con fuerzas extranjeras desde el 2003.
* En muchos casos, la baja participación obedece a las demoras del Parlamento Nacional en otorgar la autorización para concretar las operaciones. En el 2008 esta situación se dio en tres oportunidades: dos casos con Chile, uno con Brasil.
* La Armada Argentina es la fuerza que mayor protagonismo ha tenido en los ejercicios combinados en la última década, participando en más del doble de los ejercicios realizados con otros países, 68 de los 129 casos registrados.
El marino remata:
- Mire, y ni siquiera nos quejamos por temas presupuestarios, las reglas las marca el poder político, es lo que corresponde. El problema es otro. Es... es la idea de desdén de parte del poder político que siempre nos embarga a los militares cuando analizamos la práctica concreta, la forma en que el gobierno, de una u otra manera, se relaciona con nosotros... ese desdén afecta mucho a los cuadros más jóvenes...
La reflexión recuerda a Robert Potash, el historiador norteamericano que durante un cuarto de siglo investigó la relación que en la Argentina se dio entre militares y política:
- Lo menos aconsejable que puede hacer el kirchnerismo en su relación con las fuerzas armadas es tratarlas con recovecos, con lados oscuros...
Alejandro Corbacho es director del Departamento Política del influyente Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina.
En una nota publicada por la Revista DEF, que lidera el coronel (RE) Gustavo Gorriz, ex ayudante de la presidencia de Carlos Menem, Corbacho reflexiona sobre los componentes de toda política de defensa, entre otros lo que define como "dimensión psicológica, un conjunto de aspectos que van desde el grado de preparación hasta la motivación, cohesión y moral de las fuerzas armadas".
Para Corbacho, en el aparato militar argentino han aparecido "algunos síntomas que pueden indicar la presencia de problemas en la dimensión psicológica" que tienen las fuerzas armadas en relación con el futuro. "Una encuesta -dice- encargada por el Ministerio de Defensa muestra algunos resultados preocupantes. Cuando se les preguntó a oficiales del Ejército, Armada y Fuerza Aérea cómo imaginaban a su fuerza dentro de 10 años, entre un 60 y 70% respondió "como anticuada, poco eficiente y poco competitiva".
- El Ministerio de Defensa bate y bate el parche con la recuperación de material que se está haciendo. Lo que no dice es que lo que hacemos es ponerles parches a aviones que tienen 40 o más años, tanques con 35, helicópteros con no menos... Parche y arreglo de bollos. Ésa es la "modernización" de las fuerzas armadas del gobierno -dice un teniente coronel en un bar de Avenida de Mayo con mucha historia de bolas de billar. Luego, con rostro agrio, inyecta más presión.
- Y entre parche y bollo, Kirchner y su mujer te viven puteando, colocando al militar siempre en condición de sospechado... ¡Somos la lepra! ¡Yo tenía 9 años en marzo del ´76! Kirchner me dice que no pertenecemos a los militares de la "mochila ensangrentada", pero en su discurso siempre somos la "mochila ensangrentada".
¡Parche! Término al que también apela el general de división (RE) Julio Hang a la hora de reflexionar sobre el estado del material de las fuerzas armadas.
Hang fue un actor directo en los calientes días de la Semana Santa del ´87. Con el grado de teniente coronel era edecán de Raúl Alfonsín. Espíritu inquieto y sólida formación intelectual, hoy es director de Desarrollo Corporativo en la UADE Bussines School. Reconoce que las hipótesis de conflicto que durante décadas jalonaron las relaciones argentinas con sus vecinos se han reducido drásticamente.
Y acepta que la confianza conquistada con esos países, vía lo que define como "diplomacia militar y civil enlazada", es muy fuerte.
Sin referenciarla como razón de desaliento, Hang define por vía indirecta muchas de las percepciones que anidan en los militares argentinos en relación con su futuro: "Cuando en las fuerzas armadas pasa una generación sin haber conocido nuevos armamentos, sufre una merma de su capacidad para mantenimiento y guarda, y de todo lo que sea logístico. Ahora sólo estamos poniendo parches sobre material antiguo".
- ¡Sabe lo que desalienta subirse a un avión de combate que tiene más de 40 años, cuya "modernización" llevó dos años y la vida útil que se dice prolongar no va más allá de tres años y, como si esto fuera poco, por escasez de recursos volar no más de 10 horas por mes. Y cuando llega el fin del día, uno se entera de que Kirchner o su señora lo estuvieron puteando. Y para cerrar, el sueldo es irrisorio! -comenta un mayor de la Fuerza Aérea que ingresó a los 13 años al Liceo Militar, a los 18 a la Escuela de Aviación Militar, a los 22 era alférez y a los 35 mayor.
- Pero me fui. El Estado invirtió en mí cientos de miles de dólares para que yo integrara una fuerza que no existe: la Fuerza Aérea, o simplemente para que los Kirchner nos peguen.
Un dato: según la ministra de Defensa Nilda Garré, a marzo del 2008, formar un piloto de combate cuesta 15 millones de pesos.
Otro dato: a lo largo de la transición se cayeron y estrellaron más de medio centenar de helicópteros y aviones de las fuerzas armadas. Produjeron más de un centenar de muertes.
Las razones respondieron fundamentalmente a problemas de mantenimiento de las máquinas y a errores humanos. Esto último se vincula, en algunos casos, con la falta de un adiestramiento permanente.
El cariz decreciente que van tomando sus profesiones genera un permanente éxodo de oficiales de las tres armas. Partida que involucra a los escalones intermedios: las distintas jerarquías en el rango de capitanes, según de qué fuerza se trate, y mayores. Promedio de edad: 34 / 36 años. En dos años, y por la causa señalada, dejaron la profesión militar algo más de 200 oficiales.
- No hay ausencia de vocación a ser militar. No nos pasa lo que le sucede a la Iglesia Católica: ausencia de vocaciones para sacerdote. Lo que nos pasa es que uno egresa como oficial a los 22 años y cada vez más rápido se siente un paria -dice el teniente coronel...
- Y para Kirchner, además, somos los malos de la historia -acota.
Por CARLOS TORRENGO carlostorrengo@hotmail.com
06/03/09
RIO NEGRO ONLINE
Foro de discución: http://achyotros.mforos.com/1663339/7861421-argentina-nos-odian-dicen-de-los-militares-en-el-nucleo-duro-del-poder-k/
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