14 ene 2009

Submarinos Scôrpene (S-80, S-80A y S-80 Merlín). Por weichafe999

La industria de construcción naval en España es de antigua data, con una tradición que le ha dado un merecido prestigio, como ejemplo en 1730 se crean los históricos arsenales militares de Ferrol, Cartagena y San Fernando, cuyos astilleros estaban destinados a construir y reparar los buques de la Armada Española. En 1908 estos astilleros pasaron a formar parte de la Sociedad de Construcción Naval (La Naval) a la que también pertenecieron astilleros civiles como Matagorda o Sestao, posteriormente integrados en "AESA". Luego, ya finalizada la década del '30, al término de la Guerra Civil, el Estado se hizo cargo de los arsenales militares.


La actual y competitiva construcción naval española comenzó con la "EMPRESA NACIONAL BAZÁN", sociedad estatal creada en 1947 con el fin de dedicarse a la construcción naval militar (el mayor hito en la historia de estos astilleros, fue la entrega a la Armada española, en 1988, del portaaviones Príncipe de Asturias).


En 1968 se puso la quilla en los astilleros “BAZÁN” de la primera unidad sumergible del tipo Daphné, que junto a sus tres hermanos constituirían la serie 60. El contrato de cooperación técnica firmado con la Armada francesa supuso para los astilleros españoles su reincorporación al mundo de la construcción de submarinos modernos. A continuación llegaría la serie 70, que significó la especialización y la independencia deseada.



Con la compra de la licencia de construcción de estos submarinos (clase Agosta), los astilleros españoles demostraron sus capacidades dando una muestra de recuperación formidable, alcanzando una independencia altísima puesto que el 70% de la estructura y el equipamiento fueron de procedencia de la tierra del Quijote.



Al principio de los años '80, cuando los submarinos clase Galerna comenzaban a entrar en servicio, la Armada española ya preveía el relevo de los clase Delfin e iniciaba con la entonces “EMPRESA NACIONAL BAZAN DE CARTAGENA” y con su tradicional socio, la “DIRECCION DE CONSTRUCCIONES NAVALES FRANCESA”, los estudios necesarios para examinar las posibilidades de relevo de estos submarinos; surgen así los submarinos CD-1 y CD-2 y los CE-1 y CE-2 oceánicos como posibles candidatos al relevo.



Sin embargo, después de los estudios de previabilidad de estos buques, la Armada española decide que sus prioridades en ese momento iban más hacia los escoltas que hacia los submarinos, por lo que decide no seguir adelante con este programa, pero sí decide continuar los estudios para, en el momento que se considerase necesario, estar en posición de iniciar la construcción de un buque de este tipo.



Así, a finales de los años '80, el entonces “AJEMA almirante Salas Cardenal” ordena reiniciar los estudios, formando en “BAZÁN” una oficina bajo la responsabilidad del contraalmirante Gárate Coppa que agrupa ingenieros de esa empresa, ingenieros del Cuerpo de Ingenieros de la Armada española y oficiales submarinistas, que después de definir las necesidades efectuaron los estudios de previabilidad de un nuevo submarino para la Armada de España; estos estudios se deberían efectuar de manera simultánea e independiente en cuatro astilleros europeos: PRONAV, en Francia (DCN junto a Thompson); VSEL, en el Reino Unido; RDM, en Holanda; GSC (German Submarine Consortium), en Alemania; el GSC nace por orden del Gobierno alemán, agrupando IKL, Ferrostal, HDW y Thyssen.



Estos estudios finalizan en 1991, siendo ya “AJEMA el almirante Nardiz Vial”; pero las disminuciones presupuestarias de estos años hacen que el programa de submarinos, aun reconociendo la Armada española su importancia, deba abandonarse. El programa vuelve a retomarse en el año 1997 por orden del “AJEMA, almirante Moreno Barberá”, y se reinician los estudios, que cristalizan en el año 2000 en la definición de un proyecto de submarino, de acuerdo con los requisitos establecidos por el Estado Mayor de la Armada Castellana.



El año 2001, el "AJEMA, almirante Torrente Sánchez", ordena revisar el programa y los estudios para adecuar los requisitos del submarino a la nueva estrategia emergente de los sucesos que culminaron con la desintegración de la Unión Soviética, en la que la tradicional visión del submarino como un arma de dominio negativo del mar, actuando como lobo solitario en ataques al tráfico mercante, estaba trasnochada.



Esos estudios culminan, en aquellos días, con el proyecto de un submarino que, como parte integrante de una fuerza naval, debe incidir, sobre todo, en la capacidad de esta fuerza de proyectar el Poder Naval sobre Tierra.



Scôrpene, desde BAZÁN, IZAR – DCN a NAVANTIA.



En el año 2000 "BAZÁN" se fusionó con Astilleros españoles (AESA), pasando a ser una parte integrada en los astilleros "IZAR".


"IZAR" construcciones navales fue constituida como sociedad en julio de 2000, posicionándose como noveno grupo naval del mundo y cuarto de Europa, siendo resultado de la fusión entre Astilleros españoles (AESA), sociedad que aglutinaba los astilleros públicos civiles: Astilleros de Cádiz, Juliana Constructora Gijonesa, Manises Diesel Engine Company, Astilleros y Tallerres del Noroeste (ASTANO), Astilleros de Puerto Real, Astilleros de Sestao (La Naval), Astilleros de Sevilla, y los astilleros públicos militares BAZÁN: Ferrol, Cartagena, y San Fernando.


En diciembre de 2004 la "Sociedad Estatal de Participaciones Industriales" (SEPI), accionista y gestora del grupo, decide la segregación de la rama militar de "IZAR" (que ya había formado en 1991 un consorcio, formado por la empresa española “IZAR” y la empresa francesa “DCN”), creando en marzo de 2005 la sociedad pública de construcción naval militar “NAVANTIA”, formada por los astilleros de: Ferrol, Fene, Puerto Real, San Fernando, Cádiz y Cartagena.


Estando la producción civil de los mismos limitada a un 20% de la actividad total del grupo. En abril de 2005 la "SEPI" comienza el proceso de liquidación de "IZAR" (que como señalamos, se había dividido en dos compañías, intentando lograr una mayor eficacia empresarial), que desde entonces no puede conseguir nuevos contratos.


Mientras, a nivel de lo que es construcción naval, el siguiente paso lógico hacia la total independencia de esta industria castellana, sería la nueva serie 80, totalmente diseñada y construida en España. Iniciada la elaboración del proyecto, se llegó a la conclusión de la necesidad de compartir riesgos y diseño con otro constructor. A raíz de esta decisión surge el consorcio franco-español "DCN/NAVANTIA", con el objetivo común de diseñar y construir conjuntamente un submarino convencional de última generación.



El primer contrato conseguido por el consorcio fue con la Armada de Chile que se decantó por el Scôrpene, pese a su lógico recelo inicial debido a que ninguno de los países constructores tenían unidades de este modelo en sus Armas Submarinas.



Surge así el S-80, como exponente de las características de un submarino del siglo XXI, con innovaciones tecnológicas importantes; Con gran capacidad ASuW: no olvidemos que el éxito que podrían apuntarse atacando una unidad de superficie, tan valiosas hoy en día, sin que esa unidad sea necesariamente un transporte o un portaaviones, podría comprometer la continuidad de las operaciones; Cierta capacidad ASW: al saber que su principal enemigo, sobre todo en el caso de que la fuerza multinacional no pueda contar con aviación de patrulla marítima embarcada, será otro submarino y tendrá que defenderse de él; Capacidad de minado: para negar ciertas zonas de mar a la fuerza multinacional.



El Scôrpene se enfrenta a los modelos 212 y 214 alemán, Gotland sueco y Amur ruso, pero la cuestión económica hace presagiar un excelente futuro para el navío de DCN y NAVANTIA: Las características de la familia Scôrpene son distintas para los tres modelos básicos que la componen (Scôrpene Básico, Scôrpene Básico+Aip y Scôrpene Compact., Scôrpene Básico y Básico+AIP), pero todos ellos tienen en común lo siguiente:

  • Casco con especificaciones de los submarinos nucleares.

  • Alta resistencia a impactos.

  • Baja señal de ruido o firma acústica.

  • Versatilidad y capacidad de modernización

  • Una tripulación reducida.

En estos momentos (enero de 2009), “NAVANTIA”, principalmente en su astillero de Cartagena, construye para la Armada española una nueva versión del Scôrpene (6 unidades), el S-80A, así mismo los astilleros franceses DCN construirán para la Armada brasileña la versión S-80 Merlín del Scôrpene (4 unidades convencionales en un astillero de Brasil y 1 nuclear en Cherburgo). Ambos modelos basados en el prototipo común vendido a Chile (2) y luego vendido a Malasia (2), e India (6).



Lo que permitirá, en base a los contratos, seguir actualizando los Scôrpene chilenos. La familia Scôrpene tiene para largo rato y aun mejor, se seguirá perfeccionando.


Weichafe999, Lector de ACHYOTROS

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