(FNM) Buques militares de diez naciones están convergiendo ahora hacia las aguas más peligrosas del mundo.
Buques de guerra estadounidenses vigilan un buque secuestrado, cargado con tanques de combate, mientras otras embarcaciones artilladas patrullan las peligrosas aguas frente a Somalia. Sin embargo, los piratas capturaron otro mercante esta semana, y retienen a cerca de una docena, a despecho del esfuerzo internacional por proteger una línea de tráfico marítimo de interés primario.Buques militares de diez naciones están convergiendo ahora hacia las aguas más peligrosas del mundo. A pesar de ello, los analistas y el gobierno de Somalia sostienen que la campaña no detendrá la piratería, a menos que también confronten con el tembladeral que es Somalia.“Las potencias mundiales han descuidado a Somalia por años, y ahora que sus problemas están afectando al mundo, han comenzado a actuar con el paso equivocado”, afirmó Bile Mohamoud Qabowsade, asesor del presidente de Puntland, la región somalí semiautónoma en la que han sentado su base los piratas.El diario sudafricano Business Day publicó una advertencia similar. “Un estado fallido, que se hunde ante la mirada resignada del mundo, está ahora amenazando al comercio internacional”, sostuvo ese medio en relación con el caótico país del Cuerno de África que ha resistido la intervención, incluida una desastrosa misión estadounidense en 1996.Los continuos secuestros de buques, a despecho de la presencia naval americana, ponen de manifiesto las dificultades en el patrullado de esas aguas. La principal preocupación radica en que los desfachatados ataques podrían alentar al terrorismo y hacer que una de las principales rutas de transporte marítimo del planeta, resulte demasiado peligrosa y costosa de atravesar. Los valores de los seguros para la navegación en el área se han multiplicado por diez en un año.El área en cuestión es el Golfo de Adén, una cuenca de 920 por 300 millas, que separa las costas de Arabia del Cuerno de África. Según la Teniente Murdock, vocera de la Armada estadounidense, es utilizada por unos 250 buques diariamente.La zona fue escenario del mortal ataque de al-Qaida al USS “COLE”, en Yemen. Y es un emporio de actividades ilegales, incluidos el contrabando de personas, armas y drogas.Los buques bajan su velocidad frente a las costas del norte de Somalia en espera de su ingreso al Mar Rojo, camino a las refinerías árabes y al Canal de Suez, una ruta usada para transportar más del 10% del petróleo mundial, y bienes asiáticos para Europa y América del Norte.Roger Middleton, un experto en la región, afirmó que los peligros comprenden los altos costos en caso de que los buques decidieran evitar el Golfo de Adén, y rodear en cambio el África por el Cabo de Buena Esperanza, así como el “escenario de pesadilla” que se conformaría si los piratas se convirtieran en herramientas de terroristas. “Un buque grande hundido en el acceso del Canal de Suez tendría un efecto devastador sobre el comercio internacional”, escribió Middleton en un trabajo publicado por el centro de pensamiento londinense Chatham House.Existen sospechas ya de que algunos pagos de rescates están yendo a al-Shabab, una milicia somalí a la que EEUU acusa de amparar a los terroristas que atacaron sus embajadas en Kenia y Tanzania en 1998.La Armada de los Estados Unidos dice que los buques y aeronaves de la coalición han frustrado 15 ataques piratas desde que establecieron, el 22 de agosto, “un área de patrullado para seguridad marítima” en el Golfo de Adén.Esto se hizo con seis o siete buques que patrullan una extensión de 2.4 millones de millas cuadradas, en un área que incluye el Golfo de Omán, el Mar de Arabia, el Mar Rojo, y las costas africanas de Djibouti, Somalia y Kenia, bajo una coalición establecida en 2001 para combatir al terrorismo.“Es un amplio espacio de agua cuyo tránsito demanda bastante tiempo, de modo que aunque quisiéramos ayudar a todos los marinos, existe el factor logístico de cuán rápidamente podamos llegar”, explicó Murdock, la vocera naval.El año pasado, ante el temor de que los piratas pudieran armar una bomba flotante a partir del secuestro de un buque tanque que transportaba 10.000 toneladas explosivas de benceno, los marinos estadounidenses abrieron fuego y destruyeron las embarcaciones piratas que estaban abarloadas al barco.Este año Francia envió marinos que efectuaron atrevidos asaltos sobre yates franceses secuestrados, y persiguieron a los piratas en suelo somalí.Francia inició entonces una ofensiva diplomática, logrando una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que permite a las potencias extranjeras ingresar a aguas somalíes, y otra que autoriza a las naciones a enviar buques y aeronaves de guerra, con libertad para usar “los medios necesarios”, para detener la piratería.Las reglas de empeñamiento necesitan una reelaboración. Nick Brown, editor del Janes Internacional Defence Review, opina que un desafío clave es el determinar “si se les permitirá o no empeñarse con buques sospechosos de ejercer la piratería”.Otros, incluidos los comandantes navales estadounidense y británico, están sugiriendo a las compañías armadoras que contraten servicios de seguridad privada. La Red de Relaciones Internacionales y de Seguridad, organismo financiado por el gobierno suizo, citó al Vicealmirante estadounidense Bill Gortney diciendo que “la coalición no tiene los recursos para proveer protección las 24 horas para el vasto número de buques mercantes que transitan la región”, y al Comodoro británico Keith Winstanley sugiriendo que las medidas de seguridad “debieran incluir la consideración por parte de los armadores, de contratar escoltas de seguridad privados armados”.También hubo temores por el medio ambiente, después que los piratas dispararan con lanzagranadas contra un petrolero japonés, produciéndole un agujero por el que se derramaron varios cientos de galones de fuel.Los piratas somalíes se han vuelto más audaces, más sofisticados y están mejor armados, después de obtener millones de dólares en rescates, pagados por las compañías navieras y posiblemente por algunos gobiernos, ansiosos por evitar fatalidades. Según Brown, el botín ha servido para pagar sistemas de posicionamiento global, teléfonos satelitales y armas, incluidos cañones de 20 mm. El Bureau Marítimo Internacional (IMB), ha ampliado el área considerada peligrosa, que se extendía a 30 millas de la costa hace 5 años, a 125 millas este año. Y el mes pasado, la extendieron una vez más, hasta más de 150 millas.En lo que va del año, según el IMB, se han perpetrado 73 ataques en el Golfo de Adén, con 29 buques secuestrados, más del doble que el año pasado.La captura concretada hace tres semanas del MV “FAINA”, un carguero ucraniano, despertó especial preocupación dado que transporta 33 tanques de batalla y otras armas pesadas. Los buques de guerra estadounidenses han rodeado al mercante, pero no ingresaron a él. Diez piratas capturados por la Armada fueron condenados y encarcelados en Kenia hace dos años, pero Brown señaló que aparte de ese, han sido pocos los procesamientos judiciales exitosos. Cyrus Mody, el gerente de la oficina de Londres del Bureau Marítimo Internacional, dijo que “la comunidad internacional, los gobiernos, necesitan sentarse y encontrar una solución acerca de quién va a tomar la responsabilidad si se captura a los piratas”.Paul Enright, un consultor privado en materia de seguridad que trabajó en Somalia 17 años, dijo que se necesita mayor inversión para desarrollar fuentes de inteligencia. “El despliegue de buques de guerra está muy bien, pero se han salteado una gran cantidad de pasos intermedios”, afirmó. “La amenaza debe ser enfrentada en tierra. Es muy difícil atacar en el mar y rescatar rehenes”.En Puntland, el asesor presidencial sostiene que ése es el problema. “No veo que vayan a tener éxito en su intento por ahuyentar a los piratas”, dice Qabowsade. “Traer buques de guerra no resolverá el problema, a menos que cooperen con las administraciones locales afectadas por el flagelo”. El enviado especial de la Unión Europea a Somalia, Georges Andre dijo que oficiales europeos irían a Puntland, pues “no es sólo cuestión de enviar buques, sino de establecer un diálogo en tierra”.Los piratas somalíes mantienen la postura de que los rescates son formas de impuestos y pagos de permisos y reparaciones, por la pesca ilegal y el vertimiento de residuos tóxicos.El problema de la piratería empezó como algo pequeño, con hombre abordando buques arrastreros que según ellos no tenían derecho de estar en aguas somalíes. Esos reclamos son defendidos por el representante de Somalia ante la OMU, Ahmedou Ould-Abdallah, quien sostuvo que las compañías internacionales habían explotado los caladeros de su país. “Creo que Somalia está en lo cierto cuando reclama por la pesca ilegal, y por los vertidos de residuos, pero ningún individuo tiene el derecho de cumplir funciones de policía en la costa de Somalia”, aclaró.Mientras tanto, se va formando el “momentum” internacional a través de la creciente flota que se va posicionando frente a las costas de Somalia. India dice que está enviando buques de guerra, Corea del Sur está considerándolo. Rusia ya mandó una fragata misilística.Una escuadrilla de siete buques de la OTAN, compuesta por destructores de los EEUU e Italia, y fragatas de Alemania, Grecia, Turquía y Gran Bretaña, está también navegando hacia la zona. La OTAN sostiene que su prioridad será escoltar a los buques del Programa Alimentario Mundial que proveen raciones básicas para tres millones de somalíes hambrientos.(Traducido por NUESTROMAR de Times of India y Maritime News; 17/10/08)18/10/08NUESTROMAR
19 oct 2008
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