9 sept 2008

Rusia, más cerca de Venezuela: envía buques de guerra al Caribe

En abierto desafío a los EE.UU., anunciaron maniobras militares conjuntas.
MOSCU.- En un nuevo frente de confrontación geoestratégica entre Rusia y Estados Unidos, el Kremlin confirmó ayer el envío al Caribe de una escuadra naval que participará de maniobras conjuntas con la marina de Venezuela.
El vocero de la marina rusa, capitán de navío Igor Digalo, anunció que unos buques rusos realizarán maniobras conjuntas con naves venezolanos en aguas del Atlántico, tradicionalmente área de influencia de Estados Unidos.
"Los buques realizarán una serie de ejercicios, entre ellos maniobras conjuntas de búsqueda y salvamento en el mar, así como pruebas de telecomunicaciones", dijo Digalo, según la agencia rusa Interfax.
El vocero de la cancillería rusa, Andrei Nesterenko, dio más detalles sobre la misión naval rusa en Venezuela e informó que el Kremlin enviará al Caribe el crucero de batalla con capacidad nuclear Pedro el Grande, uno de los barcos de combate más grandes del mundo.
Al crucero se le sumará el destructor más moderno que presta servicios en la flota rusa, el Almirante Chabanenko, que también navegará hasta el Caribe junto con otros barcos, entre ellos un buque petrolero.
Nesterenko negó en una conferencia de prensa que la maniobra fuera una represalia por la decisión de Estados Unidos de enviar un sofisticado buque de comando y otras dos embarcaciones a Georgia para proporcionar ayuda humanitaria a Tiflis luego de que Moscú respondió a un ataque georgiano a la provincia separatista de Osetia del Sur.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, se había preguntado el sábado pasado cómo se sentiría Washington "si Rusia enviara ayuda humanitaria al Caribe usando la propia fuerza naval".
"Estamos hablando de un evento planeado sin vinculación con las circunstancias políticas actuales y de ninguna manera relacionado con los eventos en Georgia", dijo ayer Nesterenko, que agregó que la fuerza aérea rusa emplazará provisionalmente aviones antisubmarinos en una base aérea venezolana, cuyo nombre no precisó.
El anuncio de Moscú se produjo 24 horas después de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunciara la visita de una flota naval rusa a Venezuela durante su programa Aló Presidente.
Acérrimo crítico de Washington, Chávez había dicho durante una visita a Moscú, en julio pasado, que los aviones y barcos de guerra rusos eran bienvenidos en su país. "Si algún día una flota rusa llega al Caribe, izaremos banderas, tocaremos tambores y pasaremos el himno nacional de Venezuela y de Rusia, porque se trataría de la llegada de un amigo", afirmó en ese momento.
Moscú es el principal vendedor de armas a Caracas, que afirma que necesita comprar armas para disuadir al "imperio norteamericano" de invadir el país. Venezuela se ha convertido en el principal socio de Rusia en el continente americano y el primer destino de su producción de armamento, con contratos por 4000 millones de dólares, sellados durante la última visita de Chávez.
Antes de la confirmación de estos ejercicios, que se realizarán entre 10 y 14 de noviembre próximos y que llevarán la puja geoestratégica de Washington y Moscú al denominado patrio trasero norteamericano, el ex presidente y actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, se había manifestado en favor de que su país tuviera una "mayor presencia" en Cuba.
El diario Izvestia , incluso, mencionó hace poco más de un mes los supuestos planes de Moscú de construir en la isla una base de reabastecimiento para los bombarderos estratégicos rusos. La violenta reacción norteamericana obligó al Ministerio de Defensa a desmentir esa información.
Ironía en EE.UU.
Con un tono irónico, el gobierno de Estados Unidos puso ayer en duda que las maniobras navales conjuntas anunciadas por Moscú y Caracas lleguen a concretarse, tras subestimar las capacidades militares y logísticas de Moscú.
"Veremos si de verdad participan en estos ejercicios", afirmó el vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack. "Es algo que vamos a estar vigilando", agregó, e incluso puso en duda que la marina rusa tuviera capacidad para realizar esos ejercicios. "Supongo que, si de verdad es cierto, entonces encontraron barcos que pueden llegar tan lejos."
Además de considerar la expansión de la OTAN hacia sus fronteras una amenaza para su seguridad, Rusia se opone abiertamente al escudo antimisiles que el Pentágono planea desplegar en la República Checa y en Polonia con el argumento de que el sistema es una barrera de defensa ante eventuales ataques de países considerados patrocinadores del terrorismo, como Irán y Corea del Norte.
En territorio checo, Washington instalaría una batería de misiles mientras que en suelo polaco colocaría un poderoso radar para detectar misiles enemigos. Moscú alega que tanto Corea del Norte como Irán no poseen misiles de largo alcance que amenacen la seguridad de los aliados europeos de Washington.
Agencias DPA, Reuters y EFE
09/09/08LA NACION

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